Utilizan el residuo para fabricar bolsas, cucharas o platos que se degradan en unos seis meses
Luego de obtener el termoplástico (es un plástico que se derrite cuando se calienta y se endurece cuando se enfría lo suficiente), Munguía decidió que era conveniente hacer algo más grande y “llegar al mercado con nuestra empresa, que se llama Biofase”.
Incluyó en su equipo de trabajo a dos amigos, Ernesto López Sáenz e Ignacio Rosales Núñez; pero también a su hermano Jason, el único que a sus 22 años ya concluyó su carrera en Administración Financiera.
A la pregunta de qué tan factible es hacer bioplásticos del aguacate, cuando este producto tiene temporadas en las que su precio se dispara, Scott Munguía responde: “Planteamos usar las 39,700 toneladas de huesos desechados por las aproximadamente 30 empresas mexicanas que procesan e industrializan el aguacate para mandarlo a Europa o Estados Unidos… esa cantidad nos da para cubrir ocho veces la demanda nacional de bioplásticos”.
Veintiocho entidades federativas convierten a México en el principal país productor y exportador de aguacate (también es el principal consumidor) con una producción de 1 millón 200,000 toneladas al año, producidas en alrededor de 142,000 hectáreas, siendo Michoacán el estado líder en la producción de este producto a nivel nacional.
De acuerdo con Economía, el aguacate tiene una variada posibilidad de usos como producto industrializado: pulpas para productos untables, aceites, aguacate congelado y aguacate deshidratado. Ahora, el hueso también ayudará a tener un ambiente más sano, pues una bolsa hecha de bioplástico puede ser enterrada en el jardín, junto a la materia orgánica y se degradará en seis meses, además servirá de abono para las plantas.
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