Una vaca emite aproximadamente 300 litros de metano por día, que pueden ser utilizados para poner en funcionamiento una nevera de 100 litros de capacidad a una temperatura de entre dos y seis grados durante todo un día, aseguran investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, que han logrado recolectar, purificar y comprimir los gases que emiten los bovinos para utilizarlos como fuente energética alternativa.Hasta un coche podría funcionar con este biocombustible.
Para la captura del gas, los técnicos del INTA utilizaron un sistema de tubos comunicados directamente con el interior del rumen –una cavidad del estómago que contiene metano– para llenar una bolsa de plástico que, a modo de mochila, se ubica en el lomo del animal. Según indicó el coordinador del proyecto, la cantidad de gases recolectados varía según el alimento ingerido y el tamaño del ejemplar. Una vaca adulta, por ejemplo, emite cerca de 1.200 litros por día, de los cuales entre 250 y 300 son metano. Debido a que el animal genera diferentes gases, la iniciativa propone el uso de un compuesto industrial como la monoetanolamina en un 25% para extraer el dióxido de carbono y el ácido sulfhídrico y purificarlos hasta obtener una concentración de alrededor de 95% de metano.
Además de brindar respuesta a la falta o escasez de fuentes energéticas sostenibles, esta iniciativa busca disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero que se liberan al ambiente. No en vano, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las emisiones asociadas a las cadenas productivas de la ganadería representan el 14,5% de todas las emisiones de origen humano y, entre las principales fuentes, se encuentran las producidas durante la digestión de las vacas (39%) y la descomposición del estiércol (10%). A este respecto, Berra ha declarado que se busca “aprovechar la fermentación anaeróbica que tiene lugar en el interior del rumiante para obtener energía renovable e implementar un mecanismo de reducción de esos gases”.
Para la captura del gas, los técnicos del INTA utilizaron un sistema de tubos comunicados directamente con el interior del rumen –una cavidad del estómago que contiene metano– para llenar una bolsa de plástico que, a modo de mochila, se ubica en el lomo del animal. Según indicó el coordinador del proyecto, la cantidad de gases recolectados varía según el alimento ingerido y el tamaño del ejemplar. Una vaca adulta, por ejemplo, emite cerca de 1.200 litros por día, de los cuales entre 250 y 300 son metano. Debido a que el animal genera diferentes gases, la iniciativa propone el uso de un compuesto industrial como la monoetanolamina en un 25% para extraer el dióxido de carbono y el ácido sulfhídrico y purificarlos hasta obtener una concentración de alrededor de 95% de metano.
Además de brindar respuesta a la falta o escasez de fuentes energéticas sostenibles, esta iniciativa busca disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero que se liberan al ambiente. No en vano, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las emisiones asociadas a las cadenas productivas de la ganadería representan el 14,5% de todas las emisiones de origen humano y, entre las principales fuentes, se encuentran las producidas durante la digestión de las vacas (39%) y la descomposición del estiércol (10%). A este respecto, Berra ha declarado que se busca “aprovechar la fermentación anaeróbica que tiene lugar en el interior del rumiante para obtener energía renovable e implementar un mecanismo de reducción de esos gases”.
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