Una charla agradable y substancial para acceder a la prosperidad que nos espera.
El éxito y el dinero son sólo algunas de las expresiones más habituales de la prosperidad. Pero también el tiempo o la sabiduría constituyen recursos más sutiles que, junto al bienestar económico, podemos aprender a aceptar mirando en nuestro interior.
Compartimos algunos de los extraordinarios consejos de Louise L. Hay en su audiolibro Abrirse a la Prosperidad:
Para dejar entrar a la prosperidad debemos hacer el gesto simbólico de abrir los brazos y repetir: “Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno”, no a un poquito, no sólo a algo, sino a TODO lo bueno. Cuando hacemos un gesto así, el universo lo nota.
Hay gente que piensa que la prosperidad es sólo el dinero, pero existen muchas otras cosas que son también prosperidad: el tiempo, el amor, el éxito, la alegría, la comodidad, la belleza, la sabiduría, la buena salud, …y el dinero. Si andamos siempre corriendo, con prisas, somos pobres de tiempo. Pero si te sientes con todo el tiempo del mundo, entonces sucede que eres próspero en tiempo. ¿Y qué decimos del éxito? Si crees que lo tienes fuera de tu alcance, entonces no lo vas a alcanzar jamás. Pero si piensas que puedes tener éxito, signifique lo que signifique eso para ti, entonces eso es fabuloso, eso es prosperidad.
¿Cuántos de ustedes son prósperos en comodidades? y ¿en sabiduría? ¿O piensan, “Ah, pobre de mí, yo no sé mucho, no sé solucionar nada”? Si piensas que estás verdaderamente conectado con el universo y confías en esa parte tuya que está en tu interior, puedes ser absolutamente próspero en la abundancia de sabiduría.
¿Y respecto del amor? ¿sientes que hay abundancia de amor en tu vida? ¿o eres muy pobre en amor? Y en alegría ¿sólo te permites un poco de vez en cuando? ¿Ves belleza en todas partes? ¿Te permites experimentar una abundancia de belleza? Y la salud, ¿eres pobre en salud? Y el dinero, ¿cuánto te permites tener? ¿eres pobre de dinero o lo tienes en abundancia?
Cuando no tenemos algo que deseamos, se debe a que en algún plano de la conciencia no nos permitimos aceptarlo. Lo que damos se nos devuelve, de manera que si somos mezquinos con la vida, la vida será mezquina con nosotros. Si le robamos a la vida, la vida nos robará. Si respetamos los derechos de los demás, sin atropellar la vida ajena, sin envidias, evitaremos pensar en términos de pobreza. Es cierto que hay gente que tiene muy poco, pero eso no tiene nada que ver con la cantidad de riqueza que hay. Es por falta de conciencia, de amor. Y debemos dar, dar amor y ayudar a los demás para pensar en prosperidad.
Aquello en lo que nos concentremos se multiplica. No te concentres en las deudas, carencias, facturas y cosas negativas, porque eso será lo que aumente. Si nos concentramos en las facturas como en enemigas, entonces serán enemigas. Las facturas son algo maravilloso, significan que alguien ha confiado en nosotros lo suficiente para hacernos un servicio o entregarnos un producto sabiendo que tenemos solvencia, que lo vamos a pagar. Debemos sentirnos felices cuando podemos pagarlas, por poder hacerlo, porque aquello que entregamos lo recuperaremos. Debemos desarrollar una relación positiva con todo eso. Sentirse bien consigo mismo es prosperidad.
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