
Cuando comemos se liberan varias hormonas a la sangre, una de las más conocidas es la grelina u “hormona del hambre”, esta reduce el gasto energético y favorece la formación de nuevos cúmulos de grasa y la ganancia de peso, se cree que los niveles de esta hormona suben justo antes de comer, y caen de forma brusca justo después.
Otra conexión que tiene nuestro cerebro y estomago es la que publica la revista Science, cuando tenemos el estomago vacio mostramos un comportamiento más agresivo, esto es debido a que la comida nos da el triptófano, un aminoácido necesario para que se cree la serotonina, un neurotransmisor que controla las emociones.
Por tanto si tenemos hambre no tenemos suficiente triptófano para crear serotonina y no podemos controlar las emociones tanto como quisiéramos.
FUENTE: http://www.nosabesnada.com
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